Atípica, que no extraña, fue la presentación de Gibaya en
el Ateneo de San Juan de Aznalfarache. El Club de lectura de la entidad,
organizador de la presentación, ya había procedido a su lectura, es más, meses
atrás habían visitado, de primera mano, los escenarios donde se desarrolla y
trascurre la novela. Aun así, el acto no perdió ni un ápice de emoción. Manuel
Sánchez abría de esta manara su intervención:
"Esa
magia de los libros nos reúne, y nos trae hoy hasta aquí. Y hoy, esta tarde, ese magnetismo
invisible, ese aurea, ese encantamiento capaz de unir y enfrentar a lectores y
autores, nos regala y nos propone un reto distinto, un lance extraño, una cita
especial… un desafío al que nunca antes como autor, me había enfrentado,
y que no es otro que: presentar y daros a conocer, lo que sin duda ya conocéis,
al menos gran parte de vosotros. Como diríamos en mi pueblo, -hoy vengo aquí a venderos una
burra en la que ya os habéis montado. Una burra que ya ha pastado en vuestro
cercado, y que ha dormido en vuestra cuadra-. Es, como si hubiéramos
comenzado a construir la casa por el tejado y hoy tocara poner los cimientos,
el suelo y la puerta principal. Así que la propuesta está clara. A los que no conocéis
Gibaya, y os acercáis aquí para saber un poquito más de ella, trataré de
invitaros a sumergiros en sus páginas. Y a los que ya la conocéis y la habéis
disfrutado, trataré de arrancaros los recuerdos de una historia que, ¡ha de
vosotros lectores afortunados!, habéis degustado ya. Y además de una forma
especial, casi que con los cinco sentidos. Y quien sabe si (como ya está
pasando) seré capaz de empujaros a una segunda lectura, más profunda y
sosegada, en la que buscar detalles ocultos y rincones inexplorados."
El acto contó con la presencia de Marisa Carbajo, editora
de Bohodón Ediciones, y con la presentación de Pedro Suárez, a quien el autor
quiso rendir un pequeño homenaje por su colaboración desinteresada tanto en
Gibaya como en Mayo de Cruces. Manuel
Sánchez le hizo entrega de una espectacular fotografía (del fotógrafo local Nacho
Suárez Obel), en la que se recoge dos de las principales joyas del patrimonio
de Almonaster la Real: la Portada manuelina del “Perdón” y la Mezquita califal.
Para finalizar, el Ateneo hizo entrega al autor de un recuerdo,
y lo emplazó para comentar y compartir los entresijos de “Mayo de Cruces”, no
sin antes volver a Almonaster para visitar los escenarios y rincones de la
opera prima de Manuel Sánchez.
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